Colombia es un país que
por años ha estado expuesto al saqueo de sus piezas arqueológicas a pesar
de que en la constitución se considere una actividad ilícita. La
política estatal en lo referente al patrimonio cultural de la Nación tiene como
objetivos principales la salvaguardia, protección, recuperación, conservación,
sostenibilidad y divulgación del mismo. Sin embargo, como lo afirma el
director del ICANH, no se cuenta con los recursos suficientes para proteger de
forma adecuada el patrimonio arqueológico colombiano. Es decir que somos un
país vulnerable debido a nuestras riquezas y además no tenemos las medidas para
garantizar la seguridad de sitios arqueológicos por, entre otras cosas, los
conflictos internos del país. No contamos entonces con una caja fuerte que
salvaguarde los tesoros de la gran casa colombiana.
El ex ministro de
cultura del gobierno vasco sostiene que si la cultura está por fuera del ciclo económico
siempre será pobre y tal vez con su comercio se acabaría el tráfico. Lo que quiere decir el ex ministro es que
tenemos que vender nuestra cultura, entre ella las piezas arqueológicas, negociarla
con museos como el Louvre, el Prado, el Reina Sofía o el Metropolitan Museum of
Art para que Colombia se llene de dinero
y nuestra cultura crezca. Pero a quién queremos engallar, aquí en Colombia la
plata, no toda, se pierde. Según el Plan Nacional de Cultura, desde 1990 a 1996,
la inversión en este campo cayó en un 50 % y a partir de 1999 se vio una caída en
los recursos de inversión al pasar de 78 mil millones en 1998 a 17 mil millones
en 2001. No nos imaginamos cómo se manejaría y administraría ese dinero si el
comercio de estas piezas fuera legal.
Eso sí, habría mucha plata para quienes gobiernan esta patria y, bueno,
ellos decidirían las migajitas que se usarían para el desarrollo cultural. No sería muy divertido ver por fotografías
las piezas que nuestros antepasados hicieron y que los presentes vendieron a foráneos.
A pesar de que muchos países saqueados y compradores han firmado la convención
de la UNESCO de 1970 para evitar el tráfico ilícito de bienes culturales, es
obvio que las legislaciones han sido incapaces de frenar estos delitos. El
ICANH ha calculado que unas 10000 piezas arqueológicas salen anualmente de
Colombia ilegalmente. Y si esto es ilegal ¿Cuántas piezas saldrían
legalmente?