En Colombia de acuerdo
con lo establecido en la Ley 1185 de marzo 12 de 2008, Artículo 3º: “El
Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH, podrá autorizar a las
personas naturales o jurídicas para ejercer la tenencia de los bienes del
patrimonio arqueológico (...)" El artículo 72 de la constitución
política sostiene que "El patrimonio arqueológico y otros bienes
culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la Nación y son
inalienables, inembargables e imprescriptibles. La ley establecerá los
mecanismos para readquirirlos cuando se encuentren en manos de particulares y
reglamentará los derechos especiales que pudieran tener los grupos étnicos
asentados en territorios de riqueza arqueológica”.
Las piezas arqueológicas son parte del patrimonio cultural de una nación. En Colombia este tema ha sido controversial por años. Por un lado, el ministerio de Cultura sostiene que estas piezas deben estar en museos para su preservación, transmisión a las futuras generaciones, promoción de las investigaciones arqueológicas, creación de museos y espacios adecuados para la exhibición delos bienes arqueológicos. Por otra parte, comunidades indígenas, como la de San Agustín, manifiestan que sacar estas piezas de su territorio rompe la magia que las rodea y las lleva a un deterioro y pérdida definitiva.
Las piezas arqueológicas son parte del patrimonio cultural de una nación. En Colombia este tema ha sido controversial por años. Por un lado, el ministerio de Cultura sostiene que estas piezas deben estar en museos para su preservación, transmisión a las futuras generaciones, promoción de las investigaciones arqueológicas, creación de museos y espacios adecuados para la exhibición delos bienes arqueológicos. Por otra parte, comunidades indígenas, como la de San Agustín, manifiestan que sacar estas piezas de su territorio rompe la magia que las rodea y las lleva a un deterioro y pérdida definitiva.
El gobierno y los mismos museos no han puesto atención total a las leyes que amparan la protección y preservación de elementos arqueológicos, dejando a flote el tráfico y el comercio de las mismas a los grandes coleccionistas sin que aún haya una política del Estado que acabe con este problema.
Colombia es un país que
por años ha estado expuesto al saqueo de sus piezas arqueológicas a pesar
de que en la constitución se considere una actividad ilícita. La
política estatal en lo referente al patrimonio cultural de la Nación tiene como
objetivos principales la salvaguardia, protección, recuperación, conservación,
sostenibilidad y divulgación del mismo. Sin embargo, como lo afirma el
director del ICANH, no se cuenta con los recursos suficientes para proteger de
forma adecuada el patrimonio arqueológico colombiano. Es decir que somos un
país vulnerable debido a nuestras riquezas y además no tenemos las medidas para
garantizar la seguridad de sitios arqueológicos por, entre otras cosas, los
conflictos internos del país. No contamos entonces con una caja fuerte que salvaguarde
los tesoros de la gran casa colombiana.
El ex ministro de
cultura del gobierno vasco sostiene que si la cultura está por fuera del ciclo
económico siempre será pobre y, tal vez, con su comercio se acabaría el
tráfico. Lo que quiere decir el ex ministro es que tenemos que vender
nuestra cultura, entre ella las piezas arqueológicas, negociarla con museos
como el Louvre, el Prado, el Reina Sofía o el Metropolitan Museum of Art
para que Colombia se llene de dinero y nuestra cultura crezca. Pero las cosas no funcionan así, aquí en Colombia la plata, no toda, se pierde. Según el Plan
Nacional de Cultura, desde 1990 a 1996, la inversión en este campo cayó en un
50 % y a partir de 1999 se vio una caída en los recursos de inversión al pasar
de 78 mil millones en 1998 a 17 mil millones en 2001. No nos imaginamos cómo se
manejaría y administraría ese dinero si el comercio de estas piezas fuera
legal. Eso sí, habría mucha plata para quienes gobiernan esta patria y,
bueno, ellos decidirían las migajitas que se usarían para el desarrollo
cultural. No sería muy divertido ver por fotografías las piezas que
nuestros antepasados hicieron y que los presentes vendieron a foráneos. A pesar
de que muchos países saqueados y compradores han firmado la convención de la UNESCO
de 1970 para evitar el tráfico ilícito de bienes culturales, es obvio que las
legislaciones han sido incapaces de frenar estos delitos. El ICANH ha calculado
que unas 10000 piezas arqueológicas salen anualmente de Colombia ilegalmente. Y
si esto es ilegal ¿Cuántas piezas saldrían legalmente?
En el 2003 se
subastaron, en Christie’s París, numerosas piezas del patrimonio arqueológico
colombiano denunciadas como saqueadas por las autoridades colombianas, este es un ejemplo del descuido del gobierno colombiano a la problemática del tráfico de
piezas arqueológicas, lo que pone en evidencia que no hay una política de
Estado firme en términos de protección patrimonial. No hay recursos suficientes
para su protección. El Ministerio de Cultura, desde el ICANH, debería invertir
más en el refuerzo de normas de protección y sanciones a los compradores y
traficantes de piezas, crear una ley estable que, por decirlo así, haga temblar
a los traficantes y no les dé vía libre para seguir sacando piezas artísticas como
el vecino de confianza que toma todo “prestado” y nunca lo devuelve.